martes, 16 de septiembre de 2014

Romanticismo cósmico

En mundo en su inicio
debió ser un gran lugar
en el que enamorarse en silencio,
profundizar
y mirar dibujarse una a una las estrellas.

Un romanticismo cósmico
que no alcanzo a intuir.



sábado, 13 de septiembre de 2014

Agudeza nº5

Empiezan a hacerse irreversibles las ganas de volar, de subirme a un tejado alto de esos que los gatos eligen a conciencia para conversar plácidamente con la luna y contestar que sí a esa pregunta que lleva un tiempo rondándome el aura.

Empiezo a tener un nudo estancado entre la boca y el pecho y es gris y tiene textura de cemento. ¿Cómo es posible que de alguna manera haya perdido la intención de mañana? ¿Por qué no sé ni a donde voy ni a donde quiero ir? Parece que solamente tenga claro que hay una pregunta que me ronda el espíritu y he de contestarla.

Sigo con los números, las luces, las líneas, con este trastorno irreversible de tantear a la suerte, obsesiva y compulsiva, creyente de los fantasmas que se esconden en los versos y atea de las personas que se esconden en los besos. Y con esa pregunta rondándome la piel.

Mi intención es de una sinceridad tan absoluta que puede hacer temblar los pilares del mundo que he construido, una sinceridad estúpida de niña estúpida que quiere visitar el parque que hay más allá de las vías. El de los travestis y las putas. Y quizá desde allí pueda contestar a esa pregunta que lleva un tiempo rondándome las noches.

Futuro hijo de la gran puta, llevas meses planteándome la cuestión equivocada, no sé trata de si esta es la vida que quiero vivir, si este es el lugar donde quiero estar. Tu y yo esta noche hemos hablado claro y ahora que están las cartas sobre la mesa vislumbro entre tu niebla el interrogante astuto que llevas tanto tiempo echándome a la espalda: 

-¿Quieres cagarla nena?¿Quieres? ¿Necesitas hacerte huracan o tormenta y volver a arrasar con campos y con flores de niños que creyeron firmemente que estaban a salvo con sus amapolas? ¿Quieres sacar a la zorra que llevas dentro y explotar el sexo y el alcohol de los bares oscuros hasta no tener ni un átomo de piel limpia? Piénsalo. Yo dejó aquí desnuda la pregunta. Aunque claramente los dos sabemos la respuesta.


viernes, 5 de septiembre de 2014

Pecados

Hace tiempo que no te escribo y acostumbro a dejar tu recuerdo dormido entre los libros. Miro atrás y veo la ventana de arriba, donde la luna me enseñó a desenredarte el cabello y a descifrar el mapa de tus ojos, el clavel de tu boca. Y parece el amor un cuadro en tonos grises, y dentro de ese marco resplandeces ahora, con aire de otro tiempo y alguna vez, callado, parece que sonríes.

Las horas no han hecho mella en tu piel, sigue siendo el retazo de una pradera suave y nívea con una cumbre espesa en rojos donde se enciende a veces tu mejilla. Y del pozo profundo que es la noche en tus ojos, sigue exhalando alguna vez el rastro de una estrella. Le declaro la guerra a tu lágrima intacta, a la sombra de desolación que deja esquivamente en tu rostro desnudo. Le declaro la guerra a tu tristeza que es la mía y se quiebra en la noche y suena como un hueso partido por un golpe certero. Le declaro la guerra a la muerte que no ha sabido hacer su trabajo contigo y te hace tiritar detrás de ese cristal amarillento donde ahora te miro. Te declaro tan mío que quien venga a pisar tus amapolas tendrá que deshacerse contra mi. 

Se ha abierto la frontera de los años y aquí y ahora estamos en blanco y negro tú, pequeño fantasm,a y yo, razonando de espacios y de tiempos. Y no voy a seguir guardando el secreto tejido de tu voz y la mía: En callejones oscuros hemos hecho florecer a las noches más tristes. Quien no quiera creerlo que mire hacia otro lado.